Pierre Benoit: Un horizonte más amplio

14.07.2022

El 19 de julio de 2021 nos dejó Pierre Benoit. En el primer aniversario de su muerte, un recuerdo y la gratitud por un gran legado.

de Paolo Balduzzi

 

Finales de septiembre de 2016. Ese debió ser el momento en el que conocí a Pierre Benoit. Él está en Roma, procedente de su París, para algunas reuniones relacionadas con su servicio en el ámbito educativo para la ONG “New Humanity” y para otras entidades vinculadas a ella.

Es el primero en llegar y yo estoy allí en la misma oficina. Luego, en las horas sucesivas, llegarán todos los demás, pero mientras tanto esta es la primera oportunidad para conocernos un poco.

Un francés elegante y simpático, Pierre, con ese aire socarrón no de quien sabe mucho, sino de quien siempre tiene un horizonte más amplio al que mirar, que las cosas mezquinas de la vida cotidiana, a las que, sin embargo, daba gran valor a través de gestos de amabilidad: y he aquí un café juntos, un momento de compartir, el asombro casi infantil frente a una cosa bella, sin olvidar su risa, verdaderamente inconfundible.

 

Eternidad y Humanidad se mezclan en Pierre, y si alguna vez (lo entenderé con el tiempo) podría parecerme un poco “en su mundo”, en realidad su presencia es un recordatorio muy fuerte de no dejarse agobiar por las prisas diarias, por los afanes de una vida complicada. Este Pierre me enseñó: a mirar siempre más allá del obstáculo, a recordar que la vida es más que lo ordinario, especialmente en los momentos más difíciles; ordinario que, sin embargo, con pequeñas atenciones a los demás, puede ser muy bonito. 

Parisino, nacido en 1952, Pierre fue profesor de italiano, y trabajo durante años en un instituto del norte de la capital francesa. Casado con Marie-Annick, tuvo dos hijas, Agathe y Fleur; apasionado de la educación y se preocupa especialmente por la educación para la fraternidad.

Pierre, algunos años antes, había encontrado el Ideal de un Mundo Unido propuesto por Chiara Lubich, comprendiendo plenamente su enorme potencial también desde el punto de vista social y, por tanto, educativo. Por eso se había volcado en cuerpo y alma a trabajar por este objetivo con competencia, profesionalidad y pasión, aprovechando en su trabajo diario la posibilidad de cambiar el mundo.

En su instituto, un día, tras una fuerte discusión entre dos alumnas, propone lanzar el dado de la fraternidad: un verdadero dado de juego en el que en cada una de las seis caras está escrita una frase de ánimo para el diálogo y el encuentro con el otro: es el método para la fraternidad (una versión laica del Arte de Amar de Chiara Lubich) propuesto a los alumnos según una formulación adaptada a su edad: la experiencia tiene tanto éxito que Pierre y sus alumnos fundaron la asociación “Fratern’Aide” para promover esta pedagogía de la fraternidad en otras escuelas. El objetivo hoy, sigue siendo el mismo, ayudar a construir la paz, la fraternidad y la solidaridad entre todos, incluso entre generaciones, un objetivo que se traduce en colaboraciones, animaciones, encuentros con personas en residencias de ancianos y en intervenciones en escuelas de primaria, secundaria y bachillerato, en asociaciones y también en diferentes congresos.

Por tanto, desde el principio, el método propuesto por “Fratern’Aide” se abre paso en la escuela, pero también en el mundo civil y cultural circundante. Y vuelve, la constante de Pierre, un horizonte más amplio, que va más allá de su propia zona de confort y en este caso llega a la UNESCO y al Consejo de Europa, donde en 2011, por invitación del entonces presidente de la Comisión de Derechos Humanos, la asociación comunica su historia y experiencia.

Es también gracias a este compromiso que, a lo largo de los años, Pierre se ha convertido en un verdadero animador de la ONG “New Humanity”, llevando la experiencia y los resultados de su trabajo de investigación sobre la fraternidad en la educación para la paz y la ciudadanía global a conferencias y talleres en diferentes partes del mundo.

Junto con Marie-Annick, Pierre también se convirtió en el representante de la ONG “New Humanity” en la UNESCO, lo que para él significaba trabajar con todas las personas de buena voluntad para construir la unidad de la familia humana, invirtiendo en acciones y proyectos inclusivos, para dar las mismas oportunidades a todos los niños y estudiantes de diferentes partes del mundo

Fue una vida intensa de trabajo, de relaciones, de mucho estudio, que no le ahorró a Pierre ni siquiera grandes dramas que golpearon a su familia, en primer lugar la enfermedad de su querida hija Agathe y su muerte a temprana edad. Su labor como padre, quizá nunca resuelta por el destino de su hija, sin embargo lo había llevado a lo largo de los años a afinar su sensibilidad por los demás, especialmente por los que más sufrían, buscando de forma exquisitamente obstinada el camino del diálogo, dando sentido con su testimonio a esa muerte prematura.

Y así fue hasta el final, cuando una enfermedad, rápida e inesperada, se lo llevó hace un año, el 19 de julio de 2021, a ese horizonte más amplio que fue tan constante en su vida. Intentar hacer lo mismo hoy, ampliando la mirada y poniendo el corazón con valentía más allá de los obstáculos, es la mejor manera de hacer relevante su legado.

 

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